Si además se trata de afrontar una separación con hijos en común, al componente sentimental se suman los aspectos legales, que también hay que afrontar, además de tener que gestionar la separación teniendo en cuenta las necesidades de los menores, su propio proceso de adaptación al cambio, de contacto con ambos progenitores (siempre que no existan circunstancias que lo desaconsejen), etc.
La ayuda psicológica para superar una ruptura amorosa nos permite, en todos estos casos, cerrar una etapa de nuestra vida y extraer de la misma una enseñanza positiva que nos ayude a encontrarnos a nosotros mismos, así como de cara a futuras relaciones.
Aceptar el fin de una relación sentimental no es sencillo, sin embargo, las consecuencias de no conseguir cerrar esa etapa de forma saludable puede conllevar futuros problemas de autoestima, a la hora de relacionarnos con los demás o incluso avocarnos a una enfermedad como la depresión.