
FASES DEL DUELO POR RUPTURA DE PAREJA
Cuando la decisión de terminar una relación parte de uno solo de los miembros de la pareja, la parte “abandonada” atraviesa diferentes fases. Estas fases las podemos agrupar de este modo:
- ASUMIR LA REALIDAD
Tomar contacto con el presente que nos toca vivir, mirar la realidad de frente: “Esto se ha terminado”.
En algunas ocasiones, empleamos durante un tiempo el mecanismo de defensa de la negación, para no afrontar esa realidad.
Aparecen la sorpresa o el temor cumplido, pues en ocasiones se hace patente algo que veníamos sospechando desde hacía tiempo.
- EMOCIONES INTENSAS:
Tristeza, desesperanza, enfado, miedo al futuro, ansiedad…
Nos sentimos deprimidos y disminuye nuestra autoestima. Aún no nos hemos adaptado.
Pueden surgir pensamientos negativos: “Nadie me volverá a querer como él/ella”, “Nunca me volveré a enamorar”, etc.
Podemos llegar a encerrarnos en nosotros mismos y no tener ganas de relacionarnos.
En algunas ocasiones idealizamos a la persona que ya no está a nuestro lado. Es decir, recordamos sólo lo bueno de la relación, de manera selectiva. En estos casos llegamos a tener la fantasía de que nuestra expareja era perfecta.
Todo nos recuerda a ella, y eso nos genera una gran ansiedad y deseos intensos de recuperarla.
- ADAPTARNOS A LA NUEVA SITUACIÓN
Poco a poco vamos asumiendo que la otra persona ha dejado de formar parte de nuestra vida. Tras ello, empezamos a replantearnos nuevas actividades, rutinas, retos, etc.
En muchos aspectos supone comenzar de cero. A veces hay que hacer nuevas amistades, planificar de otro modo el tiempo libre o buscar otros apoyos.
También a nivel interno, debemos encontrarnos con nosotros mismos.
- SUPERACIÓN
Poco a poco estamos más preparados para recordar nuestra anterior relación con objetividad. Analizamos, evaluamos y verbalizamos los errores cometidos para aprender de ellos.
Es aconsejable evitar el rencor, centrándonos en asumir nuestra responsabilidad.
Así mismo, conviene sopesar si queremos cambiar el tipo de personas con las que deseamos vincularnos emocionalmente a partir de ahora.
Por último, enfocamos todo lo que hemos vivido como una experiencia de la que se puede aprender, madurar y obtener una enseñanza de vida.
El final de una relación de pareja es un momento clave para hacer un trabajo psicológico de autoconocimiento y crecimiento personal. Por lo tanto, se trata de una experiencia de la que podemos salir renovados y alcanzar una mayor madurez, para abrirnos a una nueva etapa de nuestra vida.
Si has sufrido una ruptura amorosa y ves que no consigues superarlo, contacta con una psicóloga especializada en rupturas de pareja , para que te ayude a hacer tu proceso y salir con más fortaleza.
Sorry, the comment form is closed at this time.